-
Urología general
-
La Urología es una especialidad médico-quirúrgica que se ocupa del diagnóstico y tratamiento de las enfermedades del aparato urinario y retroperitoneo que afectan a ambos sexos; así como también de las enfermedades del aparato genital masculino.
La evolución de la Urología en el tiempo ha llevado al desarrollo de subespecialidades que abarcan con mayor detenimiento y de manera especializada las diferentes ramas de la Urología.
Es por ello que llamamos Urología general a aquellas enfermedades urológicas que son habituales en la consulta y que no necesariamente se encuentran dentro de una subespecialidad.
Destacamos dentro de ellas a las siguientes:
- La fimosis es una de las patologías más frecuentes de la Urología afectando al hombre sin límite de edad. Constituye la estrechez del prepucio del pene que impide su normal retracción y el descubrimiento del glande. Su presencia puede desencadenar infecciones balanoprepuciales repetitivas, molestias durante el acto sexual, dificultad miccional y desencadenar un cáncer de pene. La corrección de la fimosis se realiza mediante una postioplastia o circuncisión. La misma se realiza de forma ambulatoria bajo sedación o anestesia local y consiste en la resección del prepucio fimótico.
- La parafimosis es una urgencia urológica y se produce por la inflamación del prepucio fimótico que ha sido retraído en forma forzada produciendo una constricción del glande con riesgo de necrosis.
- La presencia del frenillo corto del prepucio (frenulo brevis) ocasiona molestias durante el acto sexual e, incluso, puede llegar a producirse su ruptura durante el mismo. Su corrección es relativamente sencilla (frenulotomía) y se realiza bajo anestesia local.
- El hidrocele consiste en la acumulación de líquido entre las túnicas que rodean el testículo produciendo hinchazón de la bolsa escrotal. Habitualmente no produce dolor y sus síntomas son producidos por la sensación de bulto o pesadez. Su tratamiento es quirúrgico y consiste en el drenaje del líquido coleccionado.
- La infección del tracto urinario constituye la presencia de bacterias en orina asociado a síntomas como ardor miccional, frecuencia urinaria aumentada, hematuria, urgencia y, en ocasiones, fiebre. Afecta principalmente a las mujeres, especialmente luego de la menopausia y pueden presentarse a repetición lo que conlleva a la profundización diagnóstica y reeducación de hábitos higiénico-dietéticos. Se presenta con menor frecuencia en el hombre y suele responder a una causa subyacente (HPB, disfunción miccional, sondaje vesical, relación sexual de riesgo, etc).
-
-
Chequeo prostático periódico
-
La próstata es una glándula pequeña, del tamaño de una nuez, que se encuentra ubicada justo por debajo de la vejiga y por encima del recto y su función es la de producir un fluido que es parte del semen.
Envuelve totalmente a la uretra proximal (tubo por el que fluye la orina desde la vejiga hacia el exterior) por lo que el aumento de su tamaño puede conllevar problemas miccionales. La prostatitis, la hiperplasia prismática benigna y el cáncer son 3 condiciones que pueden afectar a la salud de la próstata.
El control prostático comprende una evaluación por el urólogo que, en situaciones de normalidad, debe realizarse a todos los hombres al menos una vez por año a partir de los 45 años de edad o a partir de los 40 años en pacientes que presenten antecedentes familiares directos de cáncer de próstata. La misma consta de un minucioso interrogatorio, un examen físico y la evaluación mediante parámetros de laboratorio (Antigeno Prostático Específico o PSA), pruebas (Flujometria, Estudio Urodinámico Completo, etc) y métodos de diagnóstico por imágenes (Ecografía de la vía urinaria, Resonancia Magnética Multiparamétrica, etc).
-
-
Oncología Urológica
-
Cáncer de próstata
El cáncer de próstata es el tumor más frecuente en el hombre y, al ser tratado en estadios tempranos, puede ser curado. Por ello es importante su pesquisa y diagnóstico precoz. En aquellos casos donde su presentación es más avanzada, es posible lograr frenar la enfermedad con una óptima calidad de vida.
Gracias a los avances tecnológicos, hoy en día disponemos de múltiples opciones de tratamiento. Entre ellos se encuentran la cirugía (convencional, laparoscópica y robótica), la radioterapia en sus diferentes modalidades (3D, IGRT, IMRT, SBRT), braquiterapia, HIFU (High-Intensity Focused Ultrasound) y los distintos tipos de bloqueo hormonal.
Su presentación es en la gran mayoría de los casos asintomática y surge desde la sospecha del urólogo durante el control periódico.
El control prostático comprende una evaluación por el urólogo que, en situaciones de normalidad, debe realizarse a todos los hombres al menos una vez por año a partir de los 45 años de edad o a partir de los 40 años en pacientes que presenten antecedentes familiares directos de cáncer de próstata. La misma consta de un minucioso interrogatorio, un examen físico y la evaluación mediante parámetros de laboratorio (Antigeno Prostático Específico o PSA), y métodos de diagnóstico por imágenes (Ecografía de la vía urinaria, Resonancia Magnética Multiparamétrica, etc).
Ante una sospecha de enfermedad maligna, la misma debe ser confirmada mediante una biopsia prostática ecodirigida y el análisis histopatológico de las muestras obtenidas.
Cáncer de riñón
El cáncer de riñón ocurre con mayor frecuencia luego de los 40 años de edad y puede estar asociado a enfermedades genéticas y hábitos como el tabaquismo. Su hallazgo suele ser incidental durante la realización de imágenes diagnósticas por otras afecciones y de forma asintomática. En algunos casos puede manifestarse con dolor lumbar, masa palpable, pérdida de peso y sangre en la orina.
Su tratamiento es principalmente quirúrgico por vía laparoscópica y consiste en la remoción del tumor (nefrectomía parcial) o del riñón afectado (nefrectomía total) dependiendo en características propias del paciente, el tamaño tumoral y su ubicación. La utilización posterior de inmunoterapia y/o quimioterapia se reserva para aquellos casos más complejos de ser necesario.
Cáncer de vejiga y vías urinarias
El cáncer de vejiga es un tumor maligno que surge de las células que recubren el interior del órgano y están en permanente contacto con la orina. Se encuentra fuertemente asociado al hábito tabaquico así como también a la exposición de otros agentes tóxicos que se eliminan por vía urinaria.
Su forma de presentación más frecuente es mediante la aparición de sangre en la orina, sin dolor o ardor miccional. El diagnóstico se lleva a cabo principalmente mediante la realización de una endoscopía de la vía urinaria baja llamada uretrocistoscopia.
Su tratamiento depende la invasión tumoral en la pared de la vejiga. Aquellos tumores superficiales pueden resolverse con cirugía endoscópica requiriendo en algunos casos la aplicación de quimio o inmunoterapia endovesical de sostén. Cuando el cáncer penetra en mayor profundidad, la enfermedad es más agresiva si como también su tratamiento. La remoción completa de la vejiga y la quimioterapia sistémica son opciones dentro de este grupo.
El cáncer de la vía urinaria alta (ureteres y sistema colector intrarrenal) es etiológicamente similar al de vejiga. Su diagnóstico se realiza por vía endoscópica y/o mediante la realización de estudios de imágenes. La cirugía y quimioterapia sistémica se encuentran dentro de las opciones terapéuticas.
El cáncer de uretra (tubo por el cual se elimina la orina desde la vejiga hacia el exterior) es muy poco frecuente y su diagnóstico se realiza principalmente por vía endoscópica. El tratamiento es quirúrgico pudiéndose asociar a quimioterapia sistémica.
Cáncer de pene y HPV
El cáncer de pene es poco frecuente y se encuentra relacionado a la falta de higiene genital y a la aparición de lesiones producidas por el virus del papiloma humano (HPV) entre otras.
La aparición de verrugas, manchas o bultos en el cuerpo del pene deben ser examinadas por el urólogo para arribar a un diagnóstico. El tratamiento es principalmente quirúrgico complementándose con radioterapia y/o quimioterapia sistémica.
Las lesiones producidas por HPV se transmiten en su mayoría por contacto directo sexual. El tipo de presentación habitual es en forma de verruga siendo está la etapa de mayor contagio. Su aparición lleva directamente a su tratamiento, el cual consiste en la exéresis, topicaciones con ácido acético/podofilina o la aplicación de cremas inmunomoduladoras. Existen actualmente vacunas contra este virus que ya forman parte de nuestro calendario de vacunación a los 11 años de edad. Su aplicación en personas mayores o que ya han tenido contacto sexual podría ya no tener efecto en absoluto.
Cáncer de testículo
El cáncer de testículo es relativamente poco frecuente y ocurre en hombres jóvenes de entre 15 y 35 años de edad. Se encuentra asociado a la presencia de un testiculo no descendido (criptorquidea), anormalidades en el desarrollo testicular y antecedentes de cáncer testicular familiar. Suele afectar solamente a uno de los testículos y se manifiesta con un bulto o agrandamiento testicular asociado o no a la presencia de dolor (testicular, escrotal, inguinal). El autoexamen es fundamental para su diagnóstico pudiéndose complementar con una ecografía y un análisis de sangre.
El tratamiento quirúrgico consiste en la extirpación del testículo afectado junto con su cordón espermático. El estudio anatomopatológico de la pieza es fundamental para determinar la necesidad de radioterapia o quimioterapia sistémica adyuvante o bien programar la periodicidad de los controles posteriores.
-
-
Cirugía laparoscópica
-
La vía laparoscópica es un tipo de abordaje quirúrgico que permite trabajar dentro de la cavidad abdominal mediante la insuflación de la misma con un gas (dióxido de carbono) y la realización de pequeñas incisiones. A través de las mismas se colocan puertos de entrada (trocares) para permitir ingresar el instrumental necesario para la cirugía. Las técnicas quirúrgicas no difieren con las del abordaje convencional pero el tiempo de recuperación y estadía hospitalaria son sustancialmente más cortos con el abordaje laparoscópico.
Mediante este abordaje podemos tratar diversas patologías:
- Oncología urológica
- Plásticas del árbol urinario
- Uroginecología
- Hipertrofia prostática benigna
- Litiasis urinaria
-
-
Endourología y Litiasis (Láser)
-
La Endourología y Litiasis es una subespecialidad dentro de la Urología donde, a través de técnicas mínimamente invasivas con el uso de pequeños endoscopios y energía láser, abordamos distintas patologías de la vía urinaria como tumores, anomalías congénitas y fundamentalmente litiasis (más bien conocidos como cálculos urinarios o piedras).
Según su tamaño, ubicación y otras características, los cálculos urinarios pueden ser tratados de distintas maneras.
Cuando tratamos litiasis renales únicas y más bien pequeñas, tiene su lugar la litotricia extracórporea por ondas de choque. Técnica que se realiza en forma ambulatoria y sin la necesidad de instrumentar al paciente.
Para aquellos cálculos renales más grandes o muy numerosos, la nefrolitotricia percutánea tiene su indicación, creándose un pequeño tracto desde la piel hasta el riñón por el cuál se destruyen y extraen las litiasis más complejas sin generar daño en la funcionalidad del riñón. Por último, existe la vía puramente endoscópica a través de la ureteroscopia semirrígida y flexible permitiendo el tratamiento del cálculo urinario en cualquiera de sus localizaciones dentro de la vía urinaria permitiéndole al paciente resolver su patología sin incisiones, con muy buena tolerancia y una rápida recuperación.
-
-
Tratamiento quirúrgico de la hipertrofia prostática benigna
-
La hipertrofia prostática benigna (HPB) es la patología más frecuente la próstata y su prevalencia aumenta junto con la edad. Es por ello que los hombres a partir de los 50 años de edad presentan aproximadamente un 50% de probabilidades de presentar síntomas por HPB. Los mismos provienen de la dificultad para vaciar correctamente la vejiga y se presentan como urgencia miccional (sensación urgente de ir a orinar), frecuencia urinaria aumentada, incontinencia urinaria, nocturia (levantarse a orinar por la noche), chorro miccional débil y entrecortado, entre otras. Los síntomas alteran la calidad de vida y pueden conducir a la imposibilidad de orinar (retención urinaria) requiriendo la colocación de una sonda vesical.
Su tratamiento suele ser inicialmente con medicación, aunque cuando los síntomas son refractarios a esta terapéutica o el adenoma prostático alcanza un volumen considerable, la cirugía tiene su indicación.
El tratamiento quirúrgico de la hipertrofia prostática benigna puede ser abordado por vía endoscópica, laparoscópica o de forma convencional. Independientemente del método elegido, los resultados alcanzados son satisfactorios aunque la vía endoscópica y laparoscópica cuentan con una menor invasividad del paciente.
La elección de uno u otro procedimiento depende del volumen del adenoma prostático.
En aquellos pacientes con volúmenes prostáticos más pequeños, la vía endoscópica mediante la resección de próstata transuretral (RTU) videoasistida con el sistema bipolar KARL STORZ ® AUTOCON II 400 es de elección sin la necesidad de realizar incisiones, buena tolerancia y una rápida recuperación.
Cuando el adenoma prostático es voluminoso, la vía laparoscópica ofrece una excelente resultado funcional a través de pequeñas incisiones y mínima convalecencia.
-
-
Uroginecología y trastornos del piso pelviano
-
Dentro de la Uroginecología y los trastornos del piso pelviano se encuentran aquellas patologías que comprenden al aparato reproductor femenino en su relación con las vías urinarias. La menopausia, los embarazos y partos naturales son algunos de los factores de riesgo que predisponen al debilitamiento del piso pelviano y la consecuente aparición de estas afecciones. Las 2 entidades que se observan más frecuentemente son:
- Prolapso genital: es la exteriorización a través de la pared vaginal de uno o más órganos pélvicos tales como útero, vejiga, recto y vagina. Puede presentarse como sensación de peso en la vagina o en la porción baja de la espalda, sensación de bulto en la vagina y síntomas urinarios como chorro débil, vaciado vesical incompleto, urgencia miccional o incontencia de orina. Los tratamientos pueden ser médicos (control, ejercicios, pesarios) o quirúrgicos (cirugía reconstructiva, colpocleisis,etc) siendo estos últimos por vía vaginal, abdominal o laparoscópica. Aproximadamente el 75% de las mujeres que se someten a la cirugía vaginal y el 90-95% de las que se someten a la cirugía abdominal tendrán curación a largo plazo. La vía laparoscópica ofrece similares tasas de éxito que la vía abdominal aunque con una recuperación más rápida y mínimas incisiones.
Incontinencia urinaria: generalmente de esfuerzo (IOE) durante actividades como toser, estornudar, levantar objetos pesados, reírse o ejercitarse. En ocasiones puede coexistir junto a la incontinencia urinaria de urgencia (IOU) que ocasiona pérdida involuntaria de orina a causa de un deseo imperioso de orinar. El tratamiento de ésta última suele ser con medicación. Para la IOE los tratamientos comprenden cambios en el estilo de vida, ejercicios del piso pelviano, pesarios y cirugía. El objetivo de esta última es corregir o dar soporte a la debilidad de la uretra mediante la colocación de una cincha o “sling” a través de mínimas incisiones (retropúbico o transobturatriz). Aproximadamente el 80-90% de las mujeres que se someten a la colocación de un sling se curan o mejoran de sus síntomas de incontinencia. La colposuspensión de Burch (por vía laparoscópica) o la aplicación de agentes inyectables en el esfínter urinario comprenden alternativas de segunda línea en el manejo de la IOE.
-
-
Disfunciones miccionales
-
La disfunción miccional representa a aquel trastorno en el llenado o vaciado vesical pudiendo ser de origen neurogénico, miogénico o funcional. En el sexo masculino se han investigado preferentemente los trastornos de la fase miccional, debido principalmente a la importancia de la obstrucción urinaria provocada por la hipertrofia prostática benigna (HPB). En la mujer, por el contrario, se ha dado más relevancia a las alteraciones de la fase de llenado, debido a la elevada prevalencia de la incontinencia urinaria, bien sea en forma de hiperactividad vesical o de incontinencia urinaria de esfuerzo.
La hiperactividad vesical o vejiga hiperactiva (VHA) es el nombre que se le da a los siguientes síntomas vesicales:
- Urgencia: necesidad súbita e intensa de orinar, que no puede posponerse, aún cuando la vejiga no esté llena. Puede desencadenar la incontinencia de orina de urgencia.
Estos síntomas son causados por la contracción del músculo vesical (llamado detrusor) para vaciar la orina, sin aviso y de forma involuntaria. Existen varios tratamientos disponibles para la VHA:
- Cambios en el estilo de vida: mejoran significativamente los síntomas.
- Entrenamiento vesical: ayuda a retener más tiempo la orina.
- Medicamentos: actúan sobre receptores en la vejiga reduciendo las contracciones. Presentan efectos secundarios constipación o boca seca, entre otros.
- Toxina botulínica: se inyecta por vía endoscópica y bajo anestesia en el músculo vesical produciendo su relajación. Presenta una alta tasa de éxito aunque requiere de sucesivas aplicaciones.
- Estimulación del nervio tibial posterior y del nervio sacro: implica estimular los nervios que controlan la función vesical con pequeños dispositivos.
-
-
Terapia hormonal
-
CHIP SEXUAL O PELLET
Es un pequeño dispositivo que se coloca debajo de la piel y que libera la hormona testosterona, con el objetivo de aumentar el deseo sexual y de mejorar la calidad de la sexualidad de quien se lo coloca. Otorga además, una variedad de beneficios para la salud como:
- Aumento de energía física y mental
- Ayuda a tener un estado físico saludable
- Da equilibrio hormonal
- Alivia sofocos
- Mejora el sueño
- Ayuda al rendimiento sexual
- Mejor sensación de bienestar
- Aumenta la densidad ósea
El chip de testosterona o pellet tiene apenas el tamaño de un grano de arroz y es imperceptible. Se coloca con anestesia local debajo de la piel (en el tejido celular subcutáneo) por un profesional habilitado. El procedimiento es rápido y casi indoloro.
Existe un chip sexual para hombres y otro para mujeres. Debido a que la dosis de cada uno varía de acuerdo a las características del paciente según la edad, el peso, la altura y sus estudios clínicos.
El resultado es a corto plazo, pero no es para toda la vida, ya que tiene un tiempo limitado de entre 4 y 6 meses.
-
-
Infertilidad
-
La infertilidad se define como la incapacidad para concebir el embarazo a pesar de tener relaciones sexuales frecuentes y sin protección durante al menos un año. Aproximadamente el 10-15% de las parejas sin infértiles y, si bien suele ser un problema mayoritariamente del hombre (alteraciones testiculares, infecciones, varicocele, etc) o de la mujer (trastornos hormonales, menopausia temprana, endometriosis, etc), suele corresponder a una combinación de factores presentes en ambas partes (por ej: sobreexposición a factores ambientales).
Es posible que no haya síntomas claros. Mientras que las mujeres pueden tener ciclos irregulares o ausentes, los hombres pueden presentar cambios en el crecimiento del cabello o alteración de la función sexual. Afortunadamente, la mayoría de las parejas lograrán concebir con o sin tratamiento. El mismo depende de la causa de infertilidad, el tiempo que ha durado, la edad de los miembros de la pareja y las preferencias personales.
El tratamiento en el hombre puede incluir:
- Cambios en el estilo de vida
- Medicamentos
- Cirugía (por ej: corrección de varicocele)
- Obtención de espermatozoides
- Litiasis urinaria
El tratamiento en la mujer puede incluir:
- Estimulación de la función ovárica con medicamentos
- Inseminación intrauterina
- Cirugía (por ej: pólipos endometriales)
Tecnología de reproducción asistida
Comprende cualquier tratamiento de fertilidad que manipule el ovario y el espermatozoide. La fertilización in vitro (FIV) consiste en estimular óvulos maduros, fertilizarlos con espermatozoides e implantarlos en el útero luego de varios días de la fecundación. La inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI) se utiliza cuando la calidad del semen es deficiente y consiste en la inyección de un único espermatozoide sano en el óvulo maduro.
-
-
Disfunción sexual
-
La disfunción sexual puede desarrollarse con el tiempo o aparecer de forma repentina como incapacidad total o parcial de participar en una o más etapas del acto sexual (deseo, excitación, orgasmo y resolución). Sus causas responden a factores emocionales (depresión, estrés, trauma psicológico, problemas de pareja, etc) o a factores físicos (déficit de testosterona, diabetes mellitus, hipertensión arterial, hipertrofia prostática benigna, etc). En muchos casos responde directamente al envejecimiento corporal y, en ocasiones, a causas iatrogénicas como la neuropraxia de las bandeletas neurovasculares como consecuencia de una prostatectomía radical por cáncer de próstata.
La disfunción sexual eréctil (impotencia) en el hombre constituye uno de las causas más frecuentes de consulta al urólogo. Puede manifestarse como un problema persistente para lograr o mantener una erección y en muchas ocasiones responde a factores emocionales y físicos concomitantemente.
El tratamiento se ajusta a las condiciones de cada paciente y puede comprender:
- Educación sexual
- Medicación (sildenafilo, vardenafilo o tadalafilo)
- Inyección intracavernosa de agentes vasodilatadores
- Bombas de vacío (VACUUM)
- Prótesis peneana
Para la correcta indicación del tratamiento, el urólogo realiza una minuciosa anamnesis, examen físico y puede solicitar análisis clínicos o estudios de imágenes.
-
-
Planificación familiar masculina
-
La vasectomía consiste en la identificación, ligadura y sección de ambos conductos deferentes con el fin de impedir el pasaje de espermatozoides hacia las vesículas seminales y por consiguiente su eyaculación junto al semen.
Es un método anticonceptivo eficaz, seguro y cada vez más realizado.
Una vez realizada la vasectomía, el paciente debe mantener en uso los métodos anticonceptivos empleados habitualmente por el lapso de 3 meses ya que en las vesículas seminales se encuentran almacenados espermatozoides producidos con anterioridad. La realización de un espermograma luego de dicho periodo de tiempo es necesario para confirmar la azoospermia, es decir, la ausencia de espermatozoides en el semen eyaculado.
La vasectomía tiene un muy bajo índice de complicaciones. Aunque casi de forma excepcional, se encuentra descripta la recanalización espontánea de los conductos deferentes. En toda cirugía existe posibilidad de infección de heridas. Se realizará un control a la semana y al mes postoperatorio.
-
-
Cirugía reconstructiva uretral
-
La uretra es el tubo por el cual se elimina la orina desde la vejiga. En la mujer su longitud es corta (4 cm) mientras que en el hombre es mayor dividiéndose en uretra prostática, bulbar, peneana y glandelar.
La cirugía reconstructiva uretral comprende el tratamiento de fístulas uretrales, hipo/epispadias, tumores y diverticulos uretrales, entre otros, aunque generalmente se dedica al tratamiento de la estenosis uretral.
La estenosis (o estrechez) uretral constituye un afinamiento en el calibre de la uretra que ocasiona síntomas miccionales (dificultad miccional, chorro débil, etc).
Existen diversos factores predisponentes para que esto ocurra como antecedentes de traumatismos pélvicos o caída en horcajadas, instrumentación uretral previa, infecciones uretrales a repetición, balanitis esclerosante atrofia, etc. En algunas ocasiones su aparición es simplemente congénita.
Su tratamiento dependerá del número de estenosis (única o múltiples) y de su longitud (corta o larga). Su abordaje es quirúrgico y puede implicar la utilización de colgajos y/o injertos.
-
-
Cirugía reconstructiva genital
-
La cirugía reconstructiva genital abarca el tratamiento de los defectos del aparato genital ya sean seculares o congénitos.
En el hombre, la Enfermedad de La Peyronie o pene curvo es motivo de consulta frecuente con el urólogo. Resulta de la formación de tejido cicatrizal fibroso (placa) sobre los cuerpos cavernosos del pene.
Inicialmente cursa de una fase progresiva donde el principal síntoma es el dolor. Luego, en su fase crónica o estable, la curvatura peneana y la disfunción sexual condicionan la calidad de vida del paciente.
Existe tratamiento para esta enfermedad. Para ello se debe valorar la extensión de la placa, la curvatura que ésta ocasiona y la longitud del pene. En la fase aguda el tratamiento es médico mediante la aplicación tópica de cremas o la administración de suplementos dietarios a base de vitaminas y aminoácidos, aunque su eficacia es discutida.
La terapéutica quirúrgica establecida para la fase crónica comprende la realización de plicaturas, el tratamiento de la placa asociado a la utilización de parches (pericardio bovino, túnica vaginal, etc) hasta la colocación de prótesis peneanas.
La cirugía íntima comprende un conjunto de técnicas quirúrgicas para corregir deféctos estéticos del aparato genital femenino. En la mujer, el tamaño exagerado de los labios menores constituye un déficit cosmético que puede alterar su vida sexual y que puede ser reparado mediante la labioplastia o reducción labial con mínima convalecencia.
-
-
Cirugía de reasignación de género
-
En el año 2014, Unidad Urológica incorpora la cirugía de reasignación de género (o adecuación genital), la cual tiene por finalidad adaptar los genitales de la persona al sexo al cual se siente identificado/a preservando la estética y funcionalidad sensitiva.
Existe la resignación de género de hombre a mujer (femenina) como así también de mujer a hombre (masculina). Ambas comprenden la implementación de técnicas quirúrgicas complejas.
En la adecuación genital femenina, se realiza la penectomía junto a la orquiectomía bilateral, la confección de una neo-vagina con piel de pene y escroto finalizando con el reposicionamiento uretra y la confección del introito vaginal (clítoris , labios menores y mayores). Durante el postoperatorio se realizan tutorizaciones de la neo-vagina e, inicialmente, se reinician las relaciones sexuales a los 60 días.
La adecuación genital masculina comprende un conjunto de cirugías más complejas para lograr la confección de un neofalo funcionante. A diferencia de la reasignación de género femenina, las diferentes etapas del proceso requieren de mucho tiempo entre sí y las tasas de complicaciones son mayores.
-
-
Estudios Urológicos
-
Ecografía urológica
La ecografía o ultrasonografía es uno de los métodos diagnósticos más versátiles, de aplicación simple y que permite el diagnóstico eficaz de algunas patología.
La ecografía urológica abarca el estudio del árbol urinario y los órganos sexuales masculinos:
- Ecografía renovesicoprostática (con medición del residuo postmiccional)
- Ecografía renal
- Ecografía vesical
- Ecografía de la próstata y vesículas seminales (trans-abdominal y transrectal)
- Ecografía testicular
- Ecografía doppler testicular
- Ecografía peneana
- Ecografía doppler peneana
- En Unidad Urológica disponemos de un moderno equipamiento para la realización de ecografía urológica y le aseguramos un plazo máximo para la entrega del informe por escrito de 48 hs.
Flujometría urológica
Es un estudio dinámico realizado mediante la utilización de un flujimetro computarizado, que registra el volumen de orina espontánea que se elimina en una micción por uretra por unidad de tiempo.
El flujo de orina emitido depende de dos variables, de la presión ejercida por el músculo vesical (detrusor) y de la resistencia del tracto de salida.
La flujometria es un estudio inocuo y se solicita a pacientes con síntomas miccionales del tracto urinario bajo (LUTS) producidos por la hiperplasia prostática benigna o la estenosis uretral, entre otros.
Estudio urodinámico (Urodinamia)
El estudio urodinámico completo se realiza para conocer de forma objetiva el estado funcional de la vejiga y los esfínteres, en relación con su capacidad de almacenamiento y evacuación de la orina. Suele realizarse en pacientes con problemas miccionales, en enfermedades neurológicas, en traumatismos medulares, en enfermos con incontinencia o retención de orina y en pacientes con dificultad miccional sin causa orgánica aparente.
Se realiza habitualmente en forma ambulatoria y con anestesia local (gel anestésico en uretra) que minimiza las molestias y las hace totalmente tolerables. La exploración requiere la colocación de un pequeño catéter en la vejiga a través de la uretra y de un catéter en el recto, del tamaño de un supositorio. Ambos catéteres van conectados a transductores de presión para medir las presiones vesical y abdominal respectivamente, durante el estudio. Por medio del catéter colocado en la uretra se va llenando la vejiga y se le preguntará sobre las sensaciones que perciba. Se le solicitará que tosa, realice esfuerzos y finalmente que orine.
En Unidad Urológica disponemos de un moderno equipamiento para la realización del estudio urodinámico y le aseguramos la entrega del informe por escrito dentro de los 30 minutos de finalizado el estudio.
Uretrocistoscopia
La uretrocistoscopía es una exploración endoscópica de la uretra y la vejiga. Está indicada para el estudio de alteraciones uretrovesicales no aclaradas por métodos imagenológicos convencionales, estudios miccionales o como tratamiento alternativo para dilatación de estrechez uretral, así como también para el retiro de catéter ureteral doble J. Es un procedimiento apto para ser realizado con anestesia local (lubricación uretral con gel anestésico) de forma ambulatoria.
Se realiza introduciendo el cistoscopio flexible 14 Fr KARL STORZ ® a través del meato uretral hasta alcanzar la vejiga. En el hombre se logra visualizar uretra glandelar, peneana, bulbar y prostática. En vejiga se observan paredes vesicales y meatos ureterales con la eyaculación de orina. La realización del procedimiento se visualiza mediante la utilización de una endocámara.
Biopsia prostática transrectal
La biopsia prostática es un procedimiento donde se extraen muestras de tejido prostático ante la sospecha de una neoplasia maligna de la próstata. Un valor elevado del antígeno prostático especifico (PSA) o un tacto rectal que revele una anormalidad de la próstata constituyen las principales indicaciones.
Se realiza de forma ambulatoria, bajo sedación en quirófano. Mediante la realización de una ecografía transrectal, el urólogo visualiza la próstata y ambas vesículas seminales para luego realizar la toma de biopsia ecodirigida con aguja de al menos 18 muestras de tejido prostático normal y de la zona sospechosa. Los cilindros obtenidos son analizados en forma diferida para arrojar un diagnóstico histopatológico en 7-10 días.
La recuperación es rápida y permite al paciente retomar prontamente sus actividades.
Aunque ocurre en menos del 5 % de los casos, la principal complicación es la infección urinaria que puede requerir antibioticoterapia prolongada e internación por 24-48 hs.
-